Soñaba tan fuerte con las estrellas que sentía su culo rozando mis piernas,

porque ella duerme al margen de almohadas,

con la manta hasta arriba y la piel ardiendo, que princesa.

Leona que me sonríe al despertar.

¿Me regalas unas palabras? Sólo si te sobran, si son demasiado especiales puedes quedártelas. 

He de confesarte que me pierden los regalos especiales, las cosas que merece la pena recordar.

Soy un enamorado de los momentos.

Tengo miedo a olvidar,de no saber dónde se sacó una foto o de no ser capaz de revivir un sueño.

Me dicen poeta y me brotan alas, pero lo único que hago es vaciar el frasco de arena porque si lo mantengo dentro rebosa y se impregna en mi, y no respiro. 

Lo único que hago es manchar una vieja libreta con tinta con la esperanza de que alguien lea su interior y recuerde quien soy.

Me quema, me arde por dentro. Que daño me hace, no tiene medida.

Me está matando su existencia, hace que se me crucen los cables,

que mande todo a la mierda, cambiar de planes.

Ojalá fuese un pájaro, abrir las alas y flotar, y nutrirse del viento y del Sol.

Ser hijo de la libertad, como ella, y volar.

Su mano está tan cerca,.más cerca, y más…

Acero caliente, joder, ¿No te duelen a ti?¿No sientes nada?

He tenido que decir basta, chao. Me estaba derritiendo ahí mismo.

No puedo verla sonreír y meterse al bus de nuevo. Nunca querré que se vaya.

Yo amo la vida. Me gusta demasiado sentirte.

Life’s a beach.

La vida es una playa, la vida es una playa.

Palmeras, arena, conchas, cangrejos y todo ese rollo, ya sabes.

Si el Sol brilla las flores brotan entre las rocas de la orilla, si el Sol brilla la gente sonríe, se saluda.

Como que todo es mejor, ¿Qué no?

No pienses en las noticias, en tus mierdas, en las putadas… Llegas a casa y

le das un beso a tu madre. No hay caras largas ni matices grises. Hay agua,

pero hoy no cae del cielo, porque hoy el Sol brilla y estás en la playa.

Si te busco no te encuentro y estás allí donde menos te espero.

Te despides cuando más te necesito y me tocas el hombro
cuando estoy a punto de olvidarte, de intentarlo.

De dónde sacas tanto azúcar como para que todos los cafés sin ti
me sepan amargos.

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Fuego.

Nos sentamos a fumar un cigarro en una terraza para celebrar

simplemente que había sido un buen día, además, era nuestro

último cigarro.

Después de un par de horas riéndonos como locos sin razón alguna,

como una tormenta de verano, empezó a salir toda la mierda. Sólo

sabíamos echarnos cosas en cara y sacar los trapos sucios que nosotros mismos

escondimos bajo llave en el desván.

Pasó un rato largo hasta que dejamos de gritarnos odio y el cigarro ya

se había apagado.

Las penas se me están disolviendo en el café, pero no se hunden.

Alguien tiene que venir y remover esto, de verdad, nunca

había intentado beber un café tan espeso. No voy a poder.

Se me agrieta la taza, se me hiela la sangre, y como jarrea…

Nos quedamos a solas en la mesa, mirando la lluvia.

La ventana se ha encharcado, y yo aún sin vestir…

Las penas siguen flotando y el café tiene posos.

Como un gato callejero arañaba al reloj, engañaba a la muerte y vivía de vida,

de los guiños que me regalaba y del agua de la lluvia.

 

Estoy solo, no me importa estarlo, soy un ser independiente, pero… Quiéreme.

 

No me atrevo a decir que soy libre porque necesito de ti.

 

Muérdeme. ¿Paseas conmigo?

 

 

No estábamos enamorados, no lo sé, quizá sí…

Creo que nos volvimos a encontrar por coincidencia, o quizá porque la cuerda no aguantaba más.

Los hilos se quebraron y sus extremos se alejaron y volvieron a acercarse. Casi chocaron, nuestras vidas…

Quién quiere dormir teniendo su pelo en la almohada, su mano en el pecho.

Dos almas haciéndose carantoñas por encima de la lámpara… Quién puede dormir.